Desde
que comencé en el mundo profesional del té conozco dos bandos. Los puristas y
los no puristas.
Vamos
a tratar de despejar dudas con respecto a este tema.
En
los tés e infusiones los consumidores occidentales y no los orientales, suelen
decantarse por aquellos que traen aromas añadidos; florecitas, pétalos, trozos
de frutas, especias, aromas artificiales y un largo etcétera de cosas.
En
Hamburgo Alemania, el mercado del té más grande en occidente, es donde se
trabaja a diario para conseguir dichas mezclas. Ahí llegan las cosechas enteras
de oriente para ser subastadas y que luego serán procesadas por diversas firmas
internacionales.
Para
muchos consumidores que no lo saben, aquellos tés e infusiones que no cumplen
un alto grado de calidad organoléptico luego de una exhaustiva cata a la que
son procesados, pasan a ser mezclados con dichos elementos. Por el contrario
aquellos tés o infusiones que son de alta calidad se los comercializa puros. Pensar
que un té o infusión aromatizado es de calidad, es como creer que un estupendo
vino gran reserva está detrás de una rica sangría que acabamos de beber!
En
el mundo del té y las infusiones nada se descarta, se utiliza hasta lo que
queda en el fondo de los Tea Chest (cajas de madera donde vienen los tés de
origen). Lo que se conoce como el grado Dust “polvo” es lo que generalmente
termina en la mayoría de las famosas bolsitas o saquitos de té comerciales o se
utiliza para hacer refrescos de té.
Últimamente,
los hábitos de consumo para mejorar nuestra salud en el día a día y la moda de lo
natural, está haciendo que muchas personas busquen en el té y las infusiones un
elixir para mantenerse sanamente en forma, sin saber en muchos casos que tomar
una infusión con aromas y agregados artificiales no les está ayudando tanto
como ellos esperaban. En
muchas empresas del mundo del té y las infusiones ya aclaran en sus mezclas,
cuales llevan aromas añadidos y cuales no; cuales llevan trozos de elementos
naturales (canela, vainilla, frutos secos o deshidratados, etc) y cuales no.
La
pregunta es: ¿Por qué preferimos un té o infusión aromatizado a uno puro?
Se
me ocurren muchas respuestas:
Respuesta
1: Desconocimiento. Hay muchas variedades de tés e infusiones puras que tienen
notas a frutas, flores, especias, frutos secos y un largo etcétera. Como en un
buen vino, se pueden encontrar esas notas sin necesidad de agregarle nada, es
cuestión de informarse en la tienda donde lo compramos para saber cual es el
que más nos gustará.
Respuesta
2: Mala preparación. Suelo encontrarme con amigos que repelen cualquier infusión
o té porque les sabe mal. Pero si les preparo uno con mucho mimo, les encanta!
Hervir el agua, pasarse de tiempos de infusión, la calidad del agua y otros
tantos errores los llevan a despreciarlo. Los remito a mi post de “Consejos para la hora del té”
Respuesta
3: Nuestra memoria olfativa-gustativa. Para muchos es más agradable, y eso las
empresas también lo saben, que preferimos que nos den servido en bandeja de
plata nuestros gustos a nuestros sentidos. Si nos gustan los sabores de
vainilla, canela, frutas exóticas, chocolate, menta, etc. más placentero será
el tomarlo. A ningún bodeguero se le ha ocurrido agregar estos ingredientes a
sus vinos para ser más comerciales, pero tiempo al tiempo!