No dejan de
aparecer estadísticas sobre el descenso del consumo de vino en España.
Si hiciera
una encuesta entre los consumidores y no consumidores de vino preguntando
¿Cuántas variedades de uvas conoces? Seguramente la respuesta no será ni la cuarta parte de
las producidas en España. Si preguntara además ¿Cuál es la diferencia
entre Champagne, Cava y espumoso? O ¿Qué uvas son las usadas para preparar un
cava? ¿Sabrán la respuesta?
No hablo de
los que de una u otra manera está implicado en el mundo del vino. Sencillamente
del público y del desconocimiento que existe en este.
Me
pregunto, ¿Es muy costoso una campaña a nivel nacional donde todas las regiones
se impliquen en llegar al consumidor llano? Está bien que cada región tire para su
tierra, pero creo también que debería ser una prioridad para todos aunar fuerzas y así incrementar
el consumo del vino en España.
Ya que
importamos modas y gustos por algunas variedades y mezclas deberíamos ver
además, que en otros países, la referencia para el consumo no está tanto en la
zona de producción sino en la variedad o método de elaboración. Un ejemplo claro en
Argentina, donde se declaró hace muy poco al vino como bebida nacional, el
consumidor busca una variedad u otra de vino sin importar tanto la zona o
denominación de origen. Raro es que un consumidor y no necesariamente un
entendido en vinos, desconozca a que sabe un Malbec, un Pinot Noir o un
Chablis.
Creo por lo
tanto que se debería apostar por los monovarietales antes que las modas de
coupages ensamblajes o vinos de autor. Dar a conocer y educar el paladar del
consumidor debería ser una prioridad para los productores. No podremos apreciar que le aporta a un vino tres o más variedades de uva sin tener una referencia anterior en
nuestros sentidos de como sabe el vino de cada una de esas uvas por separado.
Hoy en día los
productores y bodegueros prefieren apostar por la exportación y no por el
mercado local. Es lógico hasta un cierto punto viendo el panorama nacional,
pero las bodegas pequeñas y familiares, no pueden permitirse esto. El coste y
los recortes en ayudas por parte del gobierno y organismos competentes se lo
ponen bastante difícil.
Pienso que es más
factible para incrementar el consumo del vino una campaña de promoción con algo de sentido común, dejando un poco de lado los tecnicismos, las ferias y catas para entendidos y la fatídica etiqueta elitísta que se le colocó al mundo del vino desde hace un tiempo.
Vuelvo al ejemplo
de siempre: Mi vecina Lola no sabe a qué sabe un Godello, un Syrah, un Albariño
o un Pinot Noir, y si alguno de estos vinos combinará bien con sus estupendos
guisos. ¿Alguien la podrá ayudar?