Ya de regreso de este viaje, con tantas cosas que contar y compartir. He tenido una explosión de sensaciones a lo largo de todo este mes. Mis sentidos fueron tan mimados que no se realmente por dónde empezar.
Antes que
nada, agradecer a la familia que fuimos a visitar. Susana, Peter, Mariana y
Jake son unos grandes anfitriones más allá de grandes amigos. Con ellos
compartimos gran parte del viaje y fue Susana la que nos organizó todas las
excursiones y sitios para visitar junto a ellos por la Isla de Borneo en
Malasia. Gracias a ella, pude estar en el único jardín de té exclusivo de la
Isla de Borneo en el estado de Sabah y pude hacerle una entrevista al director
de la plantación. También nos enseñaron y nos dieron a probar muchas frutas
exóticas, comidas y tradiciones que ampliaron mi memoria sensorial de una manera
sorprendente. Darle las gracias se me hace poco, de ahí que quise hacerla
protagonista de mis primeras impresiones.
Una de las
tantas cosas que descubrí fue el Teh Tarik. Una manera de tomar el té que lo ha convertido en la bebida nacional en Malasia. También se puede probar en Indonesia y Singapur. Fook Yuen es una cafetería en Kota Kinabalu en el estado de Sabah al norte de la isla de Borneo, especializada en Teh Tarik, y fué donde lo probé por primera vez.
Aunque
parezca increíble, esta manera de preparar el té, tan popular, no es con té negro
de hojas enteras. Se utiliza el Fanning, o sea el grado del té que es polvo de
las hojas y que acostumbran a poner en las bolsitas de té.
Hay dos
marcas en Malasia que utilizan para prepararlo. Una es de la firma Boh, de la
plantación de las laderas de las montañas Cameron en la península y otra es
Sabah Tea del estado del mismo nombre en el norte de la isla de Borneo, a la
cual tuve el placer de visitar y pasar una noche allí.
El nombre
de Teh Tarik significa “Té tirado” o más coloquialmente Té escanciado. Dado que
el proceso para realizarlo consiste en escanciarlo entre dos recipientes a
buena distancia, como la sidra en Asturias, para que coja esa espuma y se temple la bebida.
Tan popular es este método que hay concursos de escanciado en varias ciudades y
diversas recetas modificadas.
Se utiliza
la vieja y tradicional malla de algodón, si esa que utilizábamos para el café
puchero en casa de la abuela.
El proceso
es muy simple.
Si tienes
té negro en bolsitas, quítalo de las bolsitas. Utiliza una por cada taza que
vayas a preparar.
Calienta
agua de acuerdo a la cantidad de tazas que vayas a preparar y como siempre un
poco antes del punto de ebullición la retiras.
Coloca el
filtro de algodón con el té en un cazo y vierte el agua sobre él. Ellos lo
dejan reposar unos 10 minutos, yo lo hice con 5 minutos y sale estupendamente.
Lo
siguiente es retirar el filtro y agregar dos cucharadas sopera de leche
evaporada y media cucharada de leche condensada por cada taza que vayas a
preparar y mezclar. No hace falta azúcar, ya la leche condensada le aporta el
dulzor.
Luego
comienza el trabajo y el riesgo! Con el cazo en una mano a cierta altura y en la
otra mano la taza, escanciar la bebida una y otra vez de un recipiente a otro
varias veces, unas 6, hasta lograr una espuma y que el té baje su temperatura y desprenda todos sus aceites volátiles.
Puedes tomarlo caliente o con hielo, si eliges esto último, recuerda colocar los hielos en la jarra al final en el último escanciado.
Luego queda
disfrutar de esta estupenda manera de tomar el té.
Se puede
hacer también con café, ellos le llaman Copi Tarik “Café tirado” y se podría
comparar con el capuchino o el café bombón típico de Valencia.
He visto
recetas que le agregan a la infusión jengibre, piel de naranja o canela. Ahí ya
va en gustos de cada uno.
Les dejo un
video espectacular que encontré de un experto haciendo sus malabares con el escanciado. ¡No
lo hagáis si no quieren quemarse!