Hace poco,
leyendo sobre un estudio reciente sobre la importancia del color en la vida del
hombre me encontré que no había hablado aún del sentido de la vista. He escrito anteriormente la interrelación que tienen el gusto, el tacto y el olfato en la apreciación y selección de una bebida o comida, pero el color ejerce en cada persona una influencia subliminal, es decir, fuera de la conciencia. Reaccionamos de manera casi automática según los colores que nos rodean. En la selección de los alimentos y las bebidas por ejemplo, es fundamental como interactua la visión del color y el volumen con el resto de los sentidos. La comida como se sabe, entra primero por los ojos.
Y no muchos nos detenemos a pensar que en la mayoría de envases de productos y alimentos que consumimos, los fabricantes tienen muy estudiado el color y la forma del packaging para que su producto sea el seleccionado en la góndola del supermercado.
¿A que tipo de producto nos lleva el blanco por ejemplo? ¿Y el verde? ¿Sabe igual un buen vino en una copa de cristal que en un vaso de cerámica opaco? ¿Un té o café tiene el mismo sabor y aroma en una taza blanca de porcelana que en un vaso de vidrio? En el mundo gourmet por ejemplo, el color negro predomina en la etiqueta o el envase asociándolo a productos Premium y de alta gama, por el contrario, el color del papel madera nos lleva a pensar en productos artesanales, bio o ecológicos.
Y no muchos nos detenemos a pensar que en la mayoría de envases de productos y alimentos que consumimos, los fabricantes tienen muy estudiado el color y la forma del packaging para que su producto sea el seleccionado en la góndola del supermercado.
Delegadas quedan aquellas mandarinas que vienen con manchas marrones o los tomates que no son lo suficientemente rojos. También es muy común la selección del color y tipo de vajilla para que un plato o una bebida resulte más atractivo para el resto de los sentidos. Dicen por ejemplo, que sabe mucho mejor tomar chocolate espeso en una taza naranja que en una blanca o de otro color. Hagamos la prueba.
¿A que tipo de producto nos lleva el blanco por ejemplo? ¿Y el verde? ¿Sabe igual un buen vino en una copa de cristal que en un vaso de cerámica opaco? ¿Un té o café tiene el mismo sabor y aroma en una taza blanca de porcelana que en un vaso de vidrio? En el mundo gourmet por ejemplo, el color negro predomina en la etiqueta o el envase asociándolo a productos Premium y de alta gama, por el contrario, el color del papel madera nos lleva a pensar en productos artesanales, bio o ecológicos.
No cabe duda
que cada uno tiene sus colores preferidos, y eso, unido al resto de lo que percibimos por los demás sentidos, hará que nuestro gusto sea más o menos amplio al seleccionar ciertos
alimentos y bebidas.
Les invito
entonces a disfrutar la gama completa del arcoiris, que aunque digan “sobre gustos
y colores no han escrito los autores”, el ejercicio sensorial con
nuevas experiencias nos aportará una buena dosis de placer. Esa olvidada e importante vitamina que en estos tiempos se hace muy necesaria “Para mimar los sentidos” y dar lo mejor de
nosotros en cada momento.