lunes, 24 de junio de 2013

Analogías entre el vino y el té


Tanto el vino como el té, dos bebidas milenarias, nacieron fruto de una combinación entre la casualidad, el ocio, la búsqueda del placer y la salud en la historia del hombre.

El vino que seguramente nació de preparar zumo de uva para el deleite en las mesas de los antiguos fenicios y por una casualidad en sus viajes comerciales fermentó, abrió la puerta a un placer desconocido hasta ese momento. También la leyenda más aceptada acerca del descubrimiento del té, por el siglo 250 a.c. el por entonces Emperador de China Shen-Nung, dispuso que su pueblo hirviera el agua para asegurar una buena salud y mientras esperaba que prepararan el agua que iba a beber, vio como caían unas hojas de un árbol sobre el cuenco y por otra casualidad del destino, resultó ser la primera taza placentera de té.

Las dos bebidas nacieron de una casualidad, en o para momentos de ocio, y resultaron un placer para los sentidos.

Siempre el ser humano estuvo abierto a nuevas experiencias sensoriales. Dentro de sus culturas y religiones, cada pueblo buscó un placer que abriera las puertas a sus sentidos y luego por su estudio, descubrieron también sus propiedades medicinales. Tanto el vino como el té se asentaron y popularizaron en sus comienzos gracias a una estrecha relación con lo religioso y la medicina natural. La necesidad humana de creer en un ser superior y brindarle a este, ofrendas de placeres terrenales como tributo divino, abrió paso a su popularidad como así a sus propiedades tónicas y curativas.

En América los Mayas e Incas con el cacao, el tabaco o la yerba mate. En Oriente con el vino y el té. Desconociendo estos los procesos enzimáticos y microbianos de fermentación, descubrieron por casualidad sus resultados tanto placenteros como medicinales.

Hoy en día, con la sana excusa de volver a lo natural, muchas personas están descubriendo un mundo de sensaciones y beneficios en los productos que antaño ya se utilizaban de esa manera.

Actualmente también, en algunos de los mejores restaurantes del mundo, los sumillers está sugiriendo y descubriendo la posibilidad de armonizar sus platos con té tanto como con un vino. Puedes encontrar notas de madera, florales, frutales y herbales en un té de una determinada región y tipo como lo encuentras en el vino.

Creo que una buena forma de abrirse paso a esas sensaciones es no cerrarse solo a lo conocido. Atreverse a probar, degustar y maridar diversos productos naturales y nuevos para nuestros sentidos, aporta a nuestra memoria sensorial una valiosa información para el campo que nos realicemos, sea el mundo del vino, el té, el café, los quesos o el que más te guste.

En la actualidad me dedico, entre otras cosas, a investigar y estudiar todo lo relacionado con los sentidos y su interrelación. En algunos de mis post en el blog, trato de explicar que no puedes ser sumiller o especialista en un campo, si desconoces otros. Puedo asegurar por lo tanto, que si estas en el mundo del vino o del té, aguas minerales, aceite, quesos, etc. debes experimentar con los otros mundos y abrir tu abanico cerrado de gustos. Todos te aportarán nuevas sensaciones y esto ampliará tu memoria sensorial, ese importante archivo que muchos tienen bastante olvidado.

“Verás que pequeño era el mundo que conocías el día que abras tus sentidos a nuevas experiencias”

8 comentarios:

  1. Ay Fernando, intervienen tantas cosas similares en la preparación de ambos (suelo, temperatura, humedad...)y tiene tantos componentes comunes (taninos, polifenoles..)que la comparación es inevitable. A nosotros nos encanta hacer maridajes ¿nuestros favoritos? el lapsang souchong queda estupendo para acompañar una tabla de quesos y tenemos un té de oliva que queda sorprendentemente bien con la pizza. ;)

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    1. Totalmente de acuerdo contigo. Los maridajes de té con alimentos salados quedan estupendamente. Probar té verde japonés con espárragos, salteados de verduras o frutos de mar y pescados! En el próximo viaje a Valencia me hago de ese Té de oliva! Saludos!

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  2. ¿Conoces el Kombucha?.Es te fermentado y recuerda un poco a un vino tipo txacoli e incluso a la sidra natural.

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    1. Le conozco desde muy peque, ya que mis abuelos compartían la colonia del Kombucha con los vecinos y todos preparaban la bebida. Puedes conseguirla actualmente en algunas tiendas orientales. Pero nada es como la casera hecha con una base de Pu-Erh. Saludos!

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  3. Totalmente de acuerdo con el artículo y con los comentarios. Al fin y al cabo se trata de unir diferentes sabores, texturas y aromas para convertir una comida en un placer para el paladar y para los sentidos.
    Saludos!

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    1. Gracias por el comentario. Es eso, no cerrarse a nuevas experiencias si son un placer para los sentidos.

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  4. Muy interesante el artículo. Publicado en https://www.facebook.com/tetea.es/posts/10152431309087317 con tu permiso!

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